Orland
Self-Hybridations 2000, Orlan
Dentro del panorama actual Orlan destaca por la radicalidad de su planteamiento. A finales de los años 90 llevó a cabo una investigación en torno a su identidad y a través del autorretrato utilizando los avances científicos que permiten cambiar el rostro gracias a las cirugía estética.
Orlan quiso remodelar su cuerpo a través de varias operaciones para conseguir de esta forma revelar su verdadero yo, convirtiéndose así en una obra de arte viviente. La artista francesa dijo en una conferencia: "El arte carnal es un trabajo de autorretrato en el sentido clásico, pero con los medios técnicos de su tiempo. Oscila entre de figuración y la refiguración. Se inscribe en la carne porque nuestra época comienza a darle la oportunidad. [...] He siempre considerado mi cuerpo de mujer, mi cuerpo de artista como el material privilegiado para la construcción de mi obra. Mi trabajo a siempre interrogado el estatuto del cuerpo femenino vía las presiones sociales, ya sea en el presente o en el pasado donde apunté alguna de sus inscripciones en la historia del arte".
Llevó al límite la idea de unir arte vida de la vanguardia así como el lema feminista "nuestro cuerpo nos pertenece" y justifica estas operaciones con un texto de Eugenie Lemoine Luccioni "El vestido" que reza así: "La piel es decepcionante, es innecesaria porque ser y aparecer no coinciden, y la posesión de la piel da origen a toda una serie de malentendidos en las relaciones humanas... Nunca tengo la piel de lo que soy, no hay exepción a esta regla porque nunca soy lo que tengo".
Esta es una obra ambigua y problemática. La artista defiende la transformación como un medio para alejarse de los modelos de belleza socialmente aceptados y su obra puede suscitar la reflexión en torno las prácticas de cirugía estética o la concepción del cuerpo. Sin embargo, Orlan ha puesto su identidad en peligro, ha deconstruido su su cuerpo y su rostro, en un acto de violencia contra ella misma. Creó una nueva identidad renegando de su cuerpo. Pese a que su transformación no ha seguido los estándares de belleza preestablecidos si que suscita preguntas en torno a la aceptación de quienes somos y el trato que le estamos dando a nuestros cuerpos.
Por suerte, las nuevas tecnologías permiten jugar con nuestra identidad y transformar virtualmente sin necesidad de ejercer tanta violencia sobre ellos. Orlan ha creado una serie de obras en las que nos muestra muchos y muy diferentes autorretratos que nos dan una visiones muy diferentes de ella misma como hemos visto en el el apartado máscaras y que sirve como inspiración para la propuesta pedagógica de creación artística a alumnos de la E.S.O vinculada con los auto retratos de la exposición.
Orlan quiso remodelar su cuerpo a través de varias operaciones para conseguir de esta forma revelar su verdadero yo, convirtiéndose así en una obra de arte viviente. La artista francesa dijo en una conferencia: "El arte carnal es un trabajo de autorretrato en el sentido clásico, pero con los medios técnicos de su tiempo. Oscila entre de figuración y la refiguración. Se inscribe en la carne porque nuestra época comienza a darle la oportunidad. [...] He siempre considerado mi cuerpo de mujer, mi cuerpo de artista como el material privilegiado para la construcción de mi obra. Mi trabajo a siempre interrogado el estatuto del cuerpo femenino vía las presiones sociales, ya sea en el presente o en el pasado donde apunté alguna de sus inscripciones en la historia del arte".
Llevó al límite la idea de unir arte vida de la vanguardia así como el lema feminista "nuestro cuerpo nos pertenece" y justifica estas operaciones con un texto de Eugenie Lemoine Luccioni "El vestido" que reza así: "La piel es decepcionante, es innecesaria porque ser y aparecer no coinciden, y la posesión de la piel da origen a toda una serie de malentendidos en las relaciones humanas... Nunca tengo la piel de lo que soy, no hay exepción a esta regla porque nunca soy lo que tengo".
Esta es una obra ambigua y problemática. La artista defiende la transformación como un medio para alejarse de los modelos de belleza socialmente aceptados y su obra puede suscitar la reflexión en torno las prácticas de cirugía estética o la concepción del cuerpo. Sin embargo, Orlan ha puesto su identidad en peligro, ha deconstruido su su cuerpo y su rostro, en un acto de violencia contra ella misma. Creó una nueva identidad renegando de su cuerpo. Pese a que su transformación no ha seguido los estándares de belleza preestablecidos si que suscita preguntas en torno a la aceptación de quienes somos y el trato que le estamos dando a nuestros cuerpos.
Por suerte, las nuevas tecnologías permiten jugar con nuestra identidad y transformar virtualmente sin necesidad de ejercer tanta violencia sobre ellos. Orlan ha creado una serie de obras en las que nos muestra muchos y muy diferentes autorretratos que nos dan una visiones muy diferentes de ella misma como hemos visto en el el apartado máscaras y que sirve como inspiración para la propuesta pedagógica de creación artística a alumnos de la E.S.O vinculada con los auto retratos de la exposición.
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Para alumnos de Bachillerato
El arte carnal de Orlan, sus planteamientos radicales nos permiten reflexionar sobre temas tan interesantes en torno al arte, su función, sus límites, y la idoneidad de estas prácticas. Por otro lado, se puede proponer un debate sobre la cirugía estética, si realmente sirve para liberar a la mujer o por el contrario sólo sirve para que la imposición de los modelos de belleza sea más fuerte. E incluso podemos investigar sobre el concepto de cuerpo como decíamos antes. |